La característica principal de la horma de madera, que la diferencia de la artificial, es que para su fabricación son extraídas de una pieza (tronco) de madera. Después es pulida hasta lograr la forma adecuada para que nuestro calzado se conserve perfectamente en nuestros armarios y zapateros, o para conseguir estirarlos.

Este tipo de hormas absorben la humedad del calzado que puede tener tras su uso. Por eso, cuando se guardan con humedad pueden llegar a formarse hongos o incluso cuartear el cuero. Con estos materiales disminuye esa posibilidad.

Por lo general, las hormas para calzado de madera natural, están fabricadas en cualquier tipo de madera a la que se le haya realizado ese proceso desde el pino hasta nuestras ya famosas haya y cedro. Nosotros aconsejamos las  de cedro ya que poseen la característica de proporcionar un olor especial gracias a los aceites esenciales propios de este tipo de madera.

El uso del calzador es importantísimo. Puede parecer un gesto que simplemente nos ayude a introducir nuestro pie de forma cómoda y rápida en el zapato, pero va más allá. El utilizar el calzador, hace que no debilitemos la parte trasera del zapato. El hecho de encajar nuestro pie de manera brusca y forzada, hará que poco a poco el zapato se vaya debilitando por dicha zona hasta llegar a producir pequeños destrozos, que acabarán dirigiendo nuestra preciada prenda hasta nuestro amable zapatero.